Totalmente condenable y condenado, cualquier alteración de la libertad de las personas, en nombre de no importa que motivo, o causa. Y mas cuando las victimas directamente atacdas, no entienden ni comprenden porque ellos deben tan injustamente, pagar con tal monstruosa participacion de las problemáticas generadas por luchas de intereses, de orígenes totalmente rechazados, entre causas que ni ellas ni otras no merecen, nunca, nunca, la pèrdida de una vida, Paz para todos, y entre todos. Roguemos y actuemos para ello.
Cuanto dolor gratuito, la locura de la sinrazón nos invade, cuando el mundo entra en esta espiral de violencia, del desprecio por la vida ajena y la propia, el fanatismo desaforado, tratar de comprender todo este panorama es tarea vana porque el trasfondo de la injusticia, esos intereses creados, la desigualdad del primer y tercer mundo, late en este recién estrenado siglo, en contradicción con los avances de una supuesta modernidad que no hace sino ahondar en la falta de solidaridad, de la libertad y de la fraternidad. Recuperar la luz, la paz, es tarea de todos, acallemos las armas y que hable la armonía en todo el género humano. Y recordar que las guerras y las matanzas siguen destrozando países, gentes que aunque nos queden en la distancia son personas , niños, que mueren diariamente.
Totalmente condenable y condenado, cualquier alteración de la libertad
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Y mas cuando las victimas directamente atacdas, no entienden ni comprenden
porque ellos deben tan injustamente, pagar con tal monstruosa participacion
de las problemáticas generadas por luchas de intereses, de orígenes totalmente
rechazados, entre causas que ni ellas ni otras no merecen, nunca, nunca, la pèrdida
de una vida, Paz para todos, y entre todos. Roguemos y actuemos para ello.
Cuanto dolor gratuito, la locura de la sinrazón nos invade, cuando el mundo entra en esta espiral de violencia, del desprecio por la vida ajena y la propia, el fanatismo desaforado, tratar de comprender todo este panorama es tarea vana porque el trasfondo de la injusticia, esos intereses creados, la desigualdad del primer y tercer mundo, late en este recién estrenado siglo, en contradicción con los avances de una supuesta modernidad que no hace sino ahondar en la falta de solidaridad, de la libertad y de la fraternidad. Recuperar la luz, la paz, es tarea de todos, acallemos las armas y que hable la armonía en todo el género humano. Y recordar que las guerras y las matanzas siguen destrozando países, gentes que aunque nos queden en la distancia son personas , niños, que mueren diariamente.
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