Ni el deseo, del tranvía, es tan potente como tu obra cuadernera, de primera. Y tu night and day, empiezas a mirarla, a la hora de cenar... y despiertas eufórico, que bien la has visto... luz y oscuridad, luchan por un único fin, la belleza, y el arte. Me parece inmejorable... cuando llegue el tranvia.. y vea esta bella luna, se largan los dos, al infinito.
Qué fantástico tu comentario haciendo analogías con el séptimo Arte, en tu cabeza bullen ideas y asociaciones que siempre me asombran, pero que no me merezco. Siempre llenas el infinito con poesía y chispa, lo cual se agradec encarecidamente. ¡Moltes grácies, amic!
Ni el deseo, del tranvía, es tan potente como tu
ResponderEliminarobra cuadernera, de primera.
Y tu night and day, empiezas a mirarla, a la hora de
cenar... y despiertas eufórico, que bien la has visto...
luz y oscuridad, luchan por un único fin, la belleza,
y el arte.
Me parece inmejorable... cuando llegue el tranvia..
y vea esta bella luna, se largan los dos, al infinito.
Qué fantástico tu comentario haciendo analogías con el séptimo Arte, en tu cabeza bullen ideas y asociaciones que siempre me asombran, pero que no me merezco. Siempre llenas el infinito con poesía y chispa, lo cual se agradec encarecidamente. ¡Moltes grácies, amic!
Eliminar¡Qué buenos! El del tranvía frente a La Sé me encanta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Carmen.
Es como un homenaje a un país y a una ciudad que amo... esa Lisboa antigua y señorial!
EliminarGracias, Oñera.