Et.... VOILÀ !!!!! El despertar, después de la meditación. Aun que musicalmente, pudiera parecer la primavera de Vivaldi, que si, por su poesía... su fuerza y plenitud la acerca más a la pastoral de Beethoven, Que bien puestos los colores, acompañando la gestualidad de los pétalos, uniéndolos en un como cielo Wagneriano, que ya hubiera querido contemplar Tannhäuser. Y todo ello dirigido, pincel en mano, por nuestra Karajan gallega, da por resultado la belleza que Vds. pueden contemplar. Pasen Srs., pasen !!!!
Preciosa sinfonía de palabras las tuyas, que no merezco. Tu imaginación es admirable, no obstante mi obra humilde se acerca más a la banda de pueblo en la que algún instrumento desafina o entra a destiempo... pero siempre cuenta con la complicidad y la complacencia del personal que escucha con benevolencia alrededor de ese kiosko de la música que preside el pequeño parque. Gracias y apertas.
Creo que las palabras que he prodigado, a tu obra, y a ti como pintora son justamente merecidas, y que las bandas de pueblo, con algún instrumenta desafinante, son tan plenas de humanidad, que corroboran lo dicho. Y en el pequeño parque... el personal que disfruta del concierto, siente como suyo, el parque, el kiosco, y la banda, y al autor de la partitura. Et VOILÀ !!!
Et.... VOILÀ !!!!!
ResponderEliminarEl despertar, después de la meditación.
Aun que musicalmente, pudiera parecer la primavera de Vivaldi, que si, por su
poesía... su fuerza y plenitud la acerca más a la pastoral de Beethoven,
Que bien puestos los colores, acompañando la gestualidad de los pétalos,
uniéndolos en un como cielo Wagneriano, que ya hubiera querido contemplar
Tannhäuser.
Y todo ello dirigido, pincel en mano, por nuestra Karajan gallega, da por resultado
la belleza que Vds. pueden contemplar.
Pasen Srs., pasen !!!!
Preciosa sinfonía de palabras las tuyas, que no merezco. Tu imaginación es admirable, no obstante mi obra humilde se acerca más a la banda de pueblo en la que algún instrumento desafina o entra a destiempo... pero siempre cuenta con la complicidad y la complacencia del personal que escucha con benevolencia alrededor de ese kiosko de la música que preside el pequeño parque.
ResponderEliminarGracias y apertas.
Creo que las palabras que he prodigado, a tu obra, y
Eliminara ti como pintora son justamente merecidas, y que las bandas de pueblo, con algún instrumenta desafinante,
son tan plenas de humanidad, que corroboran lo dicho.
Y en el pequeño parque... el personal que disfruta del
concierto, siente como suyo, el parque, el kiosco, y
la banda, y al autor de la partitura. Et VOILÀ !!!
¡Gracias Ilustre, te debo una... no! tropecientas
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